El 2 de junio por la tarde, Albares celebró su tradicional procesión del Corpus Christi, un evento que une a la comunidad en una manifestación de fe. La preparación incluyó la decoración de altares con flores y adornos. La procesión, encabezada por el párroco y seguida por los fieles, recorrió las principales calles del pueblo, amenizada por la banda de Mondéjar. Los niños de Primera Comunión lanzaron pétalos de flores, añadiendo color y alegría. Las autoridades locales tuvieron el honor de sujetar el palio, añadiendo un toque de solemnidad al evento.
La jornada, marcada por la espiritualidad y la unidad comunitaria, culminó en la iglesia. Al terminar la procesión, todos los vecinos fueron a buscar a San Antonio a su ermita para dar comienzo a las fiestas de Albares.
Una tradición que perdura
La procesión del Corpus Christi es una manifestación pública de fe que celebra la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Instituida en el siglo XIII, esta festividad honra el Santísimo Sacramento con una procesión donde el sacerdote lleva la Eucaristía en una custodia, bajo un palio sujetado por autoridades o fieles, acompañado por fieles que cantan y rezan. Esta celebración destaca por su significado teológico, manifestando públicamente la fe y pidiendo la bendición divina. Además de su dimensión religiosa, la procesión fortalece la unidad comunitaria y tiene un importante valor cultural y social en muchas comunidades.